La filtración es el proceso básico mediante el cual se limpia el agua, básicamente. Además produce una corriente en el acuario de agua que evita el estancamiento y por tanto los malos olores y la aparición de algas. Por último la filtración también contribuye al asentamiento de la colonia bacteriana necesaria para el correcto mantenimiento del tanque.
Se recomienda que nuestro filtro sea capaz de mover, por lo menos, el triple de litros por hora de la capacidad de nuestro acuario. Es decir, si tenemos un acuario de 100 litros, necesitaremos un filtro que sea capaz de mover mínimamente 300 litros/hora.
A la hora de limpiar los materiales del filtro debemos tener en mente siempre este consejo: hacerlo siempre en agua del propio acuario, aprovechando la que sacamos en uno de los cambios parciales. Si lo hacemos directamente bajo el chorro del grifo, el cloro acabará con las bacterias que ya anidan en cualquiera de esos materiales. El momento de limpiar cualquiera de las capas será cuando ya veamos que se encuentran muy sucias, amarronadas, y/o cuando el caudal del filtro sea menos potente.
Si tenemos en cuenta que el primer material que retiene suciedad es el perlón, será el que más se ensucie, con lo que habrá que limpiarlo con más frecuencia que la esponja azul (foamex), y siempre actuaremos de la misma forma, enjuagando el material en agua retirada del propio acuario, hasta que la mayor parte de la porquería haya desaparecido.
Lo que no conviene, sobre todo si son los primeros meses de vida de nuestro acuario, es limpiar más de uno de los materiales filtrantes a la vez, ya que así facilitaríamos la pérdida de un mayor número de bacterias, pudiendo llegar a desestabilizarse el ecosistema del acuario. El perlón lo podremos sustituir por uno nuevo fácilmente cuando ya lo hayamos llegado a enjuagar dos o tres veces, mientras que el foamex, al recibir y retener menos suciedad, aguantará muchísimo más siendo el mismo si le damos un repaso de vez en cuando antes de que se sature de porquería.
Con los canutillos cerámicos deberemos tener mucho cuidado, y enjuagarlos solo cuando sea estrictamente necesario, ya que en ellos anida una parte importante de la colonia bacteriana, y normalmente, si el mantenimiento general del acuario es correcto, no hará falta limpiarlos en muchísimos meses y mucho menos cambiarlos por otros.
Para una correcta filtración, en nuestro filtro no deberán faltar ninguno de estos tres materiales (o equivalentes): perlón, esponja azul (foamex) y canutillos cerámicos porosos. Serán colocados, preferentemente, en el orden mencionado, siendo el perlón el primer material filtrante por el que pase el agua y los canutillos el último. De esta forma, el perlón retendrá la mayor parte de la suciedad succionada por el filtro, tanto partículas grandes como pequeñas. La esponja azul retendrá todo lo que no quede atrapado en el perlón, llegando así el agua lo más limpia posible a los canutillos cerámicos, donde albergará la colonia bacteriana. Colocado así, lo que más se ensucia es el perlón, algo que viene bien dado que es el material más barato de los que colocaremos en nuestro filtro, facilitando así su cambio cuando sea necesario.
Para conocer más sobre los materiales adecuados para el filtro lee filtración mecánica, biológica y química
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